Este espacio combina diseño contemporáneo y elementos rústicos para crear un ambiente acogedor y elegante. El jardín se estructura en torno a muros de piedra natural, que aportan textura y carácter, integrándose con la vegetación ornamental. Destacan las grandes tinajas decorativas, que evocan tradición y artesanía, y se convierten en puntos focales dentro del paisaje.
La presencia del agua añade frescor y dinamismo, con láminas que caen suavemente sobre superficies pétreas, creando un sonido relajante y una sensación de calma. La vegetación, cuidadosamente seleccionada, incluye especies adaptadas al clima mediterráneo, aportando color y volumen sin perder la armonía del conjunto.
Este jardín privado es un ejemplo perfecto de cómo la naturaleza y el diseño se fusionan para ofrecer un espacio único, ideal para el descanso y la contemplación.
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